Ame


Euforia

El otro día unos amigos hablaban sobre componer una canción para su grupo (Irreversible Damages, buscarlos en Youtube, aunque el audio de los vídeos es sumamente malo ellos son sublimes) que se tratase de ese sentimiento. Querían describir lo que significaba para ellos.

Yo no hablé, pero pensé, como hago a menudo en ese tipo de conversaciones en las que nada tienes que ver.

La euforia es, al igual que todos los sentimientos, difícil de describir.

Pienso que la euforia, al contrario de lo que digan algunos, es distinta a una gran alegría.

La gran alegría yo la definiría como algo que se te atasca en el estómago a causa de la felicidad por haber conseguido una acción difícil. Son esas ocasiones para mi del tipo conseguir ese disco que no estaba en ninguna parte, sacar un diez en una examen, una noche de baile, ganar una apuesta difícil, salir airosa de una discusión.

La euforia la siento muy diferente. Es cuando apenas puedes respirar, cuando se te acumulan las lagrimas de felicidad, cuando gritar no es un gusto, sino una necesidad vital, cuando grabas un recuerdo definitivamente en tu memoria (alegre claro), algo único, cuando realizas un sueño o algo que no creías difícil, sino prácticamente imposible. Es una sensación que te lleva en cuerpo y alma al cielo, que te hace sentir un dios. Como cuando te reencuentras con un amigo muy querido que creías perdido, la persona que amas te corresponde, el primer beso, una recompensa tras años de esfuerzo, una primera vez en algo y ese tipo de cosas.

Todo a fuego en tu cabeza.

La canción de mis colegas tratará al fin de la euforia que se siente al tocar en un concierto.

Y eso es lo bonito de este sentimiento: que para todos es diferente pero igual de fascinante.

Sinceramente.