Ame



Ayer soñé, si se le puede llamar así.

Era un salón precioso, de esos que parecen de muñecas y se toma el té. Estaba sentado en la mesa de la izquierda. El y yo ya nos conociamos. De un par de sueños y he de decir que nunca pasan
cosas buenas. Tiene ese aire de dandy y una risa peculiar. Y cómo siempre nunca recuerdo su cara.
Recuerdo mi atuendo. Era un vestido blanco de lunares pequeños y azules.
Él me hizo un gesto y me escabullí por una puerta al fondo de la sala.
Era una galeria, y todos los cuadros eran personas que, no siendo yo, eran mi persona.

Y cuando abrí la pequeña puerta del final allí estaba él

Pero ya se algo de usted, señor de mis sueños.

Sólo aparece en mis noches más nerviosas, avido de alimentarse de mis males.
Y además no tiene facciones en la cara.

Señor Hyde, lleva usted mucho tiempo reprimido, aguante así un poco más.
Y no se emocione, sólo es una pesadilla más.

Sinceramente